
Une tu cadera con la mía y comencemos a bailar
Viniste a pecar y te fuiste con la penitencia puesta en los tobillos.
No te rías, que no tienes cosquillas en los pies.
Imito a la pequeña muñeca que se mueve en la caja de música
Tú, te untas con especias rojas la piel
Soy la dama de medianoche
blanca y cubierta del manto azabache
Ven
Cuéntame el secreto de tus manos, de la tierra mojada y de los niños asustados
Ven y siguéme
un secreto te contaré...
1 comentario :
He de reconocerte que la poesía no es una de mis pasionies, pero que bonitas tus palabras. Me encanta =).
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